España 11M, la tragedia 20 años después

Madrid (Prensa Latina) Estaba de tránsito en París en el aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle, camino a Ginebra, Suiza, cuando de pronto se vio un alboroto inusitado de las fuerzas de seguridad.

Por Fausto Triana
Corresponsal jefe en España

La revisión de los pasajeros, que ya de por sí era muy rigurosa desde los atentados del 11 de septiembre a las Torres Gemelas de Nueva York, se hizo casi insoportable. A mis insistentes preguntas, uno de los agentes de seguridad me respondió nervioso: «Madrid, ha pasado algo terrible en Madrid (…)».
Era el 11 de marzo de 2004 y entre las 07:36 y las 07:40 hora local de España, se produjeron 10 explosiones casi simultáneas en cuatro trenes de Madrid. Este trágico suceso causó la muerte de 191 personas inicialmente y, 10 años más tarde, el deceso de una mujer que estuvo todo ese tiempo en coma, la convirtió en la víctima 192.
Dejó un saldo de alrededor de dos mil heridos y entre los supervivientes, varios quedaron con secuelas graves por heridas sufridas. Eran cuatro los trenes de cercanías siniestrados, en diferentes estaciones, entre ellas, la monumental de Atocha.
La conmoción y el dolor se apoderaron de la ciudad y del país entero. Fue un momento de gran solidaridad y unidad entre la población, que se volcó en ayudar a las víctimas y en mostrar su rechazo al terrorismo.
Empero, también uno de los capítulos de mayor dislate político, cuando el Gobierno de José María Aznar, del conservador Partido Popular (PP), culpó sin argumentos al grupo vasco ETA, como autor de «otro atentado terrorista».
Lo desmintió de inmediato una fuente cercana a ETA en el País Vasco, pero al día siguiente, 12 de marzo, el Ejecutivo de Aznar se aferraba a la misma versión. Sin embargo, hasta el propio presidente de los Estados Unidos del momento, George W. Bush, deslizó en una entrevista censurada la posibilidad de otra autoría de los atentados.
Bush, aliado de Aznar, dejó ver en la conversación con Lorenzo Milá, de RTVE, la opción de un ataque terrorista vinculado con Al Qaeda. Veinte años más tarde es que la entrevista pudo verse en España, tras ser censurada, paradójicamente, por Aznar.

ESPAÑA CAMISA BLANCA
El impacto de estos atentados fue profundo y duradero. Cambiaron la manera en que España percibía el terrorismo y la seguridad nacional, así como la forma en que el mundo abordaba la lucha contra el flagelo.
Además, el 11M hizo mella en el ámbito político, social y cultural del país. De hecho, la elección del socialista José Luis Rodríguez Zapatero en los comicios del 14 de marzo de 2004, como nuevo presidente del Gobierno, se interpretó como un castigo de la ciudadanía a Aznar y al PP.
Las heridas causadas por los atentados del 11M siguen presentes, pero también lo es el espíritu de resiliencia y solidaridad que demostró el pueblo español en aquel episodio oscuro.
Los ataques ocurrieron en plena hora punta de la mañana, cuando varios trenes de cercanías que se dirigían hacia el centro de Madrid fueron golpeados por explosiones. La respuesta de emergencia fue rápida, pero la confusión y el caos reinaron en las horas posteriores.
Hospitales colapsados por la afluencia de heridos, el país desconcertado. En medio del dolor y la conmoción, comenzaron las investigaciones para determinar quiénes eran los responsables de estos actos atroces.
Pronto se estableció que los ataques fueron perpetrados por un grupo extremista islámico vinculado a la red terrorista Al-Qaeda. Los autores materiales resultaron identificados como radicales, muchos de ellos originarios de Marruecos.
Sin embargo, las investigaciones posteriores revelaron una red más amplia de colaboradores y facilitadores que ayudaron a planificar y ejecutar los ataques.
Las imágenes de los trenes destrozados, los heridos siendo evacuados y los familiares llorando a sus seres queridos perdidos quedaron grabadas en la memoria colectiva del país. La sensación de vulnerabilidad se extendió por la población.
Según las conclusiones de la investigación, una célula yihadista colocó 13 artefactos explosivos en cuatro trenes de cercanías de Madrid (tres fueron neutralizados por la policía).
El 3 de abril, siete de los terroristas se inmolaron en Leganés matando a un miembro del Grupo Especial de Operaciones (GEO). La Audiencia Nacional condenó a 21 de los 28 procesados por estos hechos en 2007.
A dos de ellos, Jamal Zougam y Otman el Ganaoui, a más de 42.900 años de cárcel como autores materiales de los asesinatos y al exminero José Emilio Suárez Trashorras a 34.715 años como autor por cooperación necesaria.
Pedro Cifuentes, bombero, recibió un aviso de un accidente de tren en la Estación del Pozo del Tío Raimundo, en Vallecas. Ocho compañeros y él se trasladan a toda prisa y por la radio, escuchan que otros bomberos están siendo movilizados, pero en distintos puntos. Nadie menciona la palabra atentado en ese instante.    «Cuando salimos del parque de bomberos temprano, estábamos adormilados y conforme nos fuimos acercando, vemos cómo van bajando vehículos de policía, mucha sangre, muchos mutilados y mucha gente con las manos en los oídos (…). Nos dimos cuenta que había algo más», relató Cifuentes a diferentes medios de prensa.
«Momentos después, veíamos las imágenes devastadoras de personas sentadas dentro del tren que parecía estaban vivas, pero estaban muertas. Recuerdo uno en especial que leía un libro que yo también estaba leyendo a la vez, y parecía que lo estaba leyendo (…). Tenemos grabado el sonido de todos los teléfonos que estaban sonando (…)», añadió.